“Silencio, que voy a hablar.
Suceda lo que suceda, voy a jugármelo todo,
poniendo en riesgo mi vida.”
(Job 13, 13-14)

A los educadores de la Provincia Mediterránea

Queridos amigos y amigas:

¿Preparados? El tapete Fournier está ya sobre la mesa y estrenamos cartas nuevas. ¡Comienza la partida! Hemos puesto a punto nuestros colegios y cada una de nuestras obras sociales para poder vivir una experiencia extraordinaria, una aventura irrepetible que permanecerá en nuestra memoria durante mucho tiempo. ¡Pasad! Ocupad vuestro puesto y poned en juego lo mejor de vosotros mismos porque, juntos, vamos a apostarlo todo por una educación anclada en los valores del Evangelio.

El curso 2024-2025 nos enseña sus primeras cartas. Apenas hemos comenzado, pero ya podemos intuir todo un mundo de posibilidades que, sin duda, se multiplicarán si jugamos juntos y compartimos la misma misión. Nuestra vocación de educadores maristas es un don, un regalo. Estamos llamados a “cuidar el ministerio que hemos recibido del Señor” (Col. 4,17). Pero, sin duda, toda vocación es también una opción personal, una apuesta definitiva que adquiere plenitud y encuentra el sentido último cuando se pone toda la vida en juego. No basta con proteger y guardar celosamente el don recibido. Como en la parábola de los talentos, hay que poner todas las potencialidades en juego para multiplicarlas y enriquecer a otros.

Queridos educadores, los talentos que hemos recibido son preciosos. Con las cartas que nos han dado podemos plantear una partida memorable. ¡Es el momento de jugar! Dice el Eclesiastés: “El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra; si contempla cada nube, nunca cosecha” (Ecl. 11,4). Hoy es el día idóneo para sembrar. Este es el momento de poner todos nuestros dinamismos en juego, apostar por nuestra misión marista y ofrecer “una educación que ayuda a los jóvenes a integrar fe, cultura y vida. En consecuencia, hacemos de nuestras escuelas, obras y presencias foros de crecimiento humano y evangelización que promueven una educación inclusiva y comprometida, compasiva y transformadora” (Regla de Vida, 77)

Os invito a comenzar con entusiasmo y confianza renovada este curso escolar. Y me atrevo a proponeros tres jugadas maestras, tres cartas ganadoras que pueden iluminar el itinerario de vida que vamos a recorrer juntos durante el curso 2024-2025:

  1. Todo a la carta de la espiritualidad marista.

En el fondo es una apuesta por la esencia, por la identidad, por lo que da sentido a nuestras vidas. Crecer desde dentro es siempre una jugada maestra y encarrila con acierto todos los procesos educativos. Crecer desde dentro es entender el juego, porque sólo así lograremos que nuestros esfuerzos sean eficaces y nos acerquen a los ideales que perseguimos. Y por eso es una de las dos prioridades provinciales para este curso: “Cuidar y acompañar a las personas para crecer en identidad y espiritualidad marista”. 

  • Todo a la carta del acompañamiento y la pedagogía de la presencia.

La presencia como elemento educativo es una carta que nunca falla. En realidad, se parece más a una metodología, a una forma de entender el ambiente y el contexto educativo desde la cercanía, la fraternidad y el acompañamiento que compromete la propia vida. El lema que hemos elegido para este curso pone esta carta boca arriba con una claridad y sencillez capaces de inspirar toda nuestra labor educativa: “Cuenta conmigo”. Es decir, estaré ahí, a tu lado, acompañando todo tu proceso… Siempre tendrás un apoyo cuando lo necesites. También nuestro último Capítulo Provincial nos ofrece algunas claves para ahondar en esta prioridad que he comentado en la carta anterior y que nos invita a cuidar y acompañar a las personas:

  1. Nos sentimos parte de un proyecto y nos acompañamos en la integración de lo nuevo que va surgiendo en la Provincia.
  2. Estamos presentes entre los jóvenes, en la misión, caminando junto a ellos.
  3. Cuidamos y alimentamos nuestra propia historia desde un Dios Padre/Madre que da sentido a nuestras vidas de hermanos.
  4. Nos formamos y profundizamos juntos en nuestra identidad y carisma de maristas de Champagnat.
  • Todo a la carta de la solidaridad.

En todos los juegos hay un momento clave, un comodín que vale para todo o sencillamente una carta que verifica si son acertados los planteamientos que has hecho hasta el momento o si, por el contrario, no lo son y debes dirigirte de nuevo a la casilla de salida. En la vida cristiana esta carta es el amor al prójimo, la compasión y el compromiso con todos los heridos y abandonados en las cunetas de los caminos. Esta es la prueba del algodón: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” (Mt. 25, 35-36)

Es la segunda prioridad que nos proponemos para este curso: “Orientar nuestra misión desde la solidaridad y la comunión”. Y, como en la prioridad anterior, nuestro último Capítulo Provincial nos dio algunas pistas para seguir creciendo:

  • Evaluamos nuestra estructura y misión desde este imperativo evangélico.
  • Ampliamos nuestras propuestas educativas para responder a las necesidades de los niños y jóvenes de hoy.
  • Reforzamos los lazos de comunión entre nuestras obras, especialmente en la misma ciudad.
  • Apostamos por una educación en la solidaridad, semilla de un mundo más fraterno.

Queridos amigos y amigas, gracias por todo lo que hacéis y sobre todo por todo lo que sois. Gracias por vuestra vocación educativa marista y por compartirla con los demás. Gracias por poner todo el corazón en esta partida y por comprometer en ella vuestra vida.

En el juego del Mus los jugadores pueden comenzar desechando algunas cartas y sustituyéndolas por cartas nuevas. Y se hace así hasta que alguien dice: ¡No hay mus! Es decir, estoy satisfecho con las cartas que tengo y podemos comenzar la partida. Quizás no sean las mejores, pero son las mías y con ellas puedo ganar. Encontraré las estrategias necesarias para disfrutar del camino y llenarle de sentido.

Pues bien, ahora es el momento de comenzar la partida. Es el momento de reconocer y agradecer nuestras cartas, la herencia extraordinaria que hemos recibido de Marcelino Champagnat y de los primeros hermanos. Nuestro carisma ha ido evolucionando y enriqueciéndose a lo largo de más de 200 años de historia. Ahora es el momento de desplegar toda nuestra creatividad y pasión para que esta historia continúe. Hoy es el día. Feliz curso y… ¡No hay mus! Vamos con todo.

H. Aureliano García Manzanal
En Alicante, a 2 de septiembre del 202424